
¡¡¡Cuidado con el golpe de calor!!!
El golpe de calor es un trastorno frecuente, urgente y muy serio, con riesgo de muerte por los daños que se producen en los órganos del animal debido a un aumento exagerado de su temperatura corporal.
Lo mejor, como siempre, es prevenirlo:
– Dales de beber agua regularmente y que siempre la tengan disponible
– Nunca los dejes encerrados en coches o lugares pequeños
– No les saques a pasear a las horas de más calor
– No dejes que hagan ejercicio mientras haga calor
– Si están en un patio, terraza, esperando en la puerta de una tienda … que tengan una buena sombra
– En los viajes, lleva agua, toallas húmedas, permite que se cambien de sitio a donde no les dé el sol y haz descansos para que pueda estirar las patas!
Aumentaremos estas medidas en las razas “chatas”, en animales con problemas cardio-respiratorios o debilitados, pues tienen mayor riesgo de desarrollar un golpe de calor.
Síntomas del golpe de calor
Un perro o gato que ha sufrido un golpe de calor muestra los siguientes síntomas:
Está perezoso y sin ganas de moverse, agotado, débil.
- Su respiración es rápida o dificultosa y las mucosas de las encías y de la conjuntiva están azuladas.
- Temblores musculares e incluso vómitos.
- Le aumenta el ritmo cardíaco.
- Se tambalea.
A raíz de estos síntomas, si el animal no es tratado a tiempo, puede que esta dolencia se agrave y:
- Le aparezcan pequeñas manchas de sangre en la piel.
- Padezca una hemorragia gastrointestinal.
- Sufra una insuficiencia hepática o renal.
- Se vea afectado por un edema cerebral.
- Le fallen los órganos.
La temperatura media de los perros es de 38 – 38,5°C, pero cuando sufren un golpe de calor, ésta puede llegar a los 42°C o más.
Pasos a seguir ante un golpe de calor:
Por la gravedad de esta dolencia, a la menor sospecha debemos llevar al perro o gato de inmediato a la clínica. Desde el primer momento y durante el traslado hasta la clínica, nuestro objetivo será el de bajar la temperatura corporal del animal, pero no podemos hacerlo de cualquier manera.
1.- Llevémosle a un sitio a la sombra, fresco y ventilado y comenzaremos a aplicarle frío en las zonas más importantes, como son cabeza, cuello, ingles y axilas. De este modo, refrescaremos la sangre que va hacia el cerebro, evitando un posible daño cerebral y bajaremos la velocidad de la respiración.
2.- Debemos poner al animal bajo un chorro de agua o sumergirle en la bañera (no muy fría) y humedecerle la boca sin obligarle a beber. Cuando veamos que la respiración se ha normalizado, podremos sacarlo de debajo del agua pero manteniendo siempre el control de su temperatura.
3.- Podemos ayudarnos con ventilador o pasar cubitos de hielo por la nariz, ingles, axilas y por los lados del cuello.
4.- A pesar de todos estos esfuerzos, es fundamental que cuando nos sea posible, llevemos al perro o gato a la clínica para hacerle un reconocimiento y si fuera necesario administrarle la medicación adecuada para que acabe de recuperarse y prevenir complicaciones.
Lo que NO debemos hacer NUNCA:
1.- No cubrir o envolver a nuestra mascota con toallas, de esta manera el calor aumenta en vez de salir.
2.- No utilizar agua completamente helada, es mucho menos eficiente.
3.- No administrar medicamentos para bajar la fiebre
4.- No friccionar la piel con alcohol
Y recordad que el golpe de calor es una emergencia que puede provocar un fallo multiorgánico irreversible. Por eso, ante los primeros síntomas hay que actuar y acercarse a una Clínica Veterinaria.